Dedicated to all of my multicultural homies who are trying to find their way in this world. Know that you are heard, know that you are loved.
This September marks my 2nd year living in Mexico City. So much has changed since the day we flew out to a new adventure 3,000 miles away. At a time when everything seemed so colorless, our travel brought hope. It feels almost surreal to look at the picture taken the day we set sail. Even Hanna (🐶 ) felt it..
Today, reflecting on what life has been like since moving here, I can only describe it as thrilling...ly.... stressful. Don't get me wrong. I love my life here. But that doesn't mean that it's been all sunshine and roses ya know? Then again, and for the sake of keeping it jazzy, we can call the legal battles, telenovela twists, and moving five times in one year, a little "pizazz"? Or maybe a lot of fucking pizazz. That would be more accurate. Either way, we learned a lot.
Beyond snapping me into a stronger and more instinctive person, my move has allowed me to heal, and to rediscover my spirit, something that I desperately needed after living in the States for 20 years of my life.
Living in Mexico made me realize that I was not the problem. It made me realize that the icky feeling I got every time I landed in the States, wasn't normal. That the dark undercurrent of alienation was not a creature of my imagination. And that has been a huge relief. Today I realize that like most who grow up in American-immigrant families, we are made to feel alone. Whether the US agrees with that statement or not, the political rhetoric and shear ignorance displayed at every corner makes it hard to argue otherwise. It has always been clear that there are "Americans" and there are "American Immigrants". And if you don't believe that then go to any nail salon and tell me there otherwise. It's jaw-dropping how black and white the US remains, even post Jim Crow laws.
After having had two years to escape the noise, I see life differently than I did back then. Back then, I was angry, I was resentful, but more than that I was tired. I was tired of having to explain to the world who I was and why. I was tired of having to defend not only myself, but the complexity of my culture and upbringing. The “ I am Mexican, German AND American” only to be met with a “no, but what are you really?” The “I was born in the States” only to hear back “but did your parents come legally?” These comments weren't attacks on my existence, they were simply flags of American arrogance that had been hung way before my arrival. They were and continue to be proof that though America is land of the free, it is also apparently land of the ignorant. These comments often made me feel like a complete outsider in my own home. I was born and raised there, and yet, was constantly being told I somehow didn’t belong, or worse so, was in a place where people were not interested in making me feel welcomed.
All I can say is what a shame. What a shame that in a place where all come for opportunity, they are met with soul wrenching disparity. That those tiny jabs of rejection, impact the way in which the US not only defines itself, but how others begin to define it. That each comment and insult only fuels the fire of political divide. Americas hate for itself is not only damaging to the people in it, but also for the people who speak so highly of it.
My México, thank you for teaching me self love and that I am not alone. Thank you for teaching me humanity that I never felt in full and that I desperately sought out all of those years. My México you are my all and I owe you whole.
Que viva México.
PS: You need to start loving yourself a little more. No more of this Malinchismo bs.
Love,
Not Your Therapist
Mirando hacia atrás: Dos años en la CDMX
Dedicado a todos mis homies multiculturales que están tratando de encontrar su camino en este mundo. Sepan que son escuchados, sepan que son amados.
Este mes de septiembre marcará mi segundo año viviendo en la Ciudad de México. Tanto ha cambiado desde el día en que volamos hacia una nueva aventura a 3.000 millas fuera de nuestra normalidad , cubiertos hasta los dientes tratando de evitar la nueva plaga que había llegado justo el año anterior. En un momento en el que todo parecía tan vacío, nuestro viaje trajo esperanza. Mirando la foto parece tan histórico. Incluso las perritas sabían que les esperaba algo grande.
Hoy en día, reflejando lo que ha sido mi vida desde que me mudé aquí, sólo puedo describirla como sumamente.... estresante. No me malinterpreten. Me encanta mi vida aquí. Pero eso no significa que todo haya sido un camino de rosas, ¿sabes? Por otra parte, y en un intento de ser positiva, podemos llamar a las batallas legales, los giros de telenovela y el hecho de mudarse cinco veces en un año, un poco de "pizazz"... O tal vez un montón de pinche pizazz. Eso sería más exacto. Como sea, aprendimos mucho.
Más allá de convertirme en una persona más fuerte e instintiva, mi viaje me ha permitido sanar y redescubrir mi espíritu, algo que necesitaba desesperadamente después de vivir 20 años de mi vida en Estados Unidos.
Vivir en México me hizo reconocer que yo no era el problema. Me hizo reconocer que la sensación de asco que sentía cada vez que aterrizaba en Estados Unidos no era normal. Que el oscuro trasfondo de alienación no era una criatura de mi imaginación. Y eso ha sido un gran alivio. Hoy me doy cuenta de que, como la mayoría de los que crecen en familias de inmigrantes en Estados Unidos, nos hacen sentir solos. Independientemente de que Estados Unidos esté o no de acuerdo con esta afirmación, la retórica política y la ignorancia que se muestra en cada esquina hace que sea difícil argumentar lo contrario. Siempre ha estado claro que hay "americanos" y hay "inmigrantes americanos". Y si no te lo crees ve a cualquier salón de belleza y dime lo contrario. Es asombroso lo blanco y negro que sigue siendo Estados Unidos, incluso después de las leyes de Jim Crow.
Después de haber tenido dos años para huir del ruido, veo la vida de forma diferente a como la veía entonces. En aquel entonces, estaba enojada, resentida, pero más que eso, estaba cansada. Estaba cansada de tener que explicar al mundo quién era y por qué. Estaba cansada de tener que defender no sólo a mí mismo, sino la complejidad de mi cultura y educación. "Soy mexicana, alemana y americana" sólo para que me respondieran con un "no, pero ¿qué eres realmente?". El "nací en los Estados Unidos" sólo para escuchar de vuelta "¿pero tus padres vinieron legalmente?". Estos comentarios no eran ataques a mi existencia, sino que eran simples banderas de la arrogancia estadounidense que se habían colgado mucho antes de mi llegada. Eran la prueba de que, aunque Estados Unidos es la tierra de la libertad, aparentemente también es la tierra de la ignorancia.
Estos comentarios me hacían sentir a veces como un extraño en mi propia casa. Había nacido y crecido ahí y, sin embargo, me decían constantemente que de alguna manera no pertenecía, o peor aún, que estaba en un lugar donde la gente no estaba interesada en hacerme sentir bienvenida.
Es una lástima. Qué pena que en un lugar donde todos vienen en busca de oportunidades, se encuentren con una disparidad que desgarra el alma. Que esos pequeños golpes de rechazo repercutan en la forma en que los Estados Unidos no sólo se definen a sí mismos, sino en la forma en que otros empiezan a definirlos. Que cada comentario e insulto no hace más que alimentar el fuego de la división política. El odio de Estados Unidos hacia sí mismo no sólo perjudica a sus habitantes, sino también a las personas que hablan tan bien de él.
Mi México, gracias por enseñarme el amor propio y que no estoy solo. Gracias por enseñarme la humanidad que nunca sentí en plenitud y que busqué desesperadamente todos estos años. Mi México eres mi todo y te debo todo.
Que viva México.
PD: Necesitas empezar a quererte más. Ya basta con el Malinchismo. Eres una chingona.
Con todo amor,
Not Your Therapist
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